viernes, 11 de mayo de 2012

Like a Skyscraper


"Y entonces te das Cuenta de que ciertas cosas.. solo ocurren una vez"
En tiempos bonitos todo es felicidad, la vida no puede ser mas perfecta y si ocurre una alteración, encontramos mil formas para solucionarla.. no así, cuando estamos dentro de esos días grises que tanto evitamos, buscamos mil salidas, mil respuestas.. mil formas de escapar y lo peor, no las encontramos.

¿De que manera una persona logra hacerte tan feliz y de forma paralela.. puede causar tanto daño?

miércoles, 18 de abril de 2012

jueves, 12 de abril de 2012

De un Padre a su Hija

Muchas veces como jovenes nos sentimos dueños del mundo, sentimos que tenemos la razón por sobretodo y sobretodos, incluso ante aquellos que darían su vida por nosotros. 
Siempre hablamos de la Madre, aquella que nos trae al mundo y quien por lo general está a nuestro lado, pero nos olvidamos que exist eun padre, que tambien existe y que muchas veces es ausente o por diversas razones no está. Como usualmente se dice "no todos son iguales" Hay padres que para muchos es mejor ni nombrar y hay otros que juegan un rol mas importante que el de la Madre, que realmente darían la vida por sus hijos y que jamás los abandonarían.


Carta de un Padre a su Hijo

Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.
Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te volví a regañar y te empujé para que fueras a cambiarte de inmediato.
Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal.
Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado. Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido.
Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.
Al poco rato mi ira comenzó a apagarse. Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. ¿Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido?
Luego escuché unos golpecitos en la puerta. “Adelante”, dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación. Te miré con seriedad y pregunté: “¿Te vas a dormir? ¿Vienes a despedirte?”
No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente. Te abracé… y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba.”Hasta mañana papito” me dijiste.
¿Qué es lo que estaba haciendo? ¿Por qué me desesperaba tan fácilmente? Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual.
Tú tenias unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y, sobre todo, sabías demostrar amor.
¿Por qué me costaba tanto trabajo? ¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado? ¿Qué es lo que me estaba aburriendo? Yo también fui niño. ¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?
Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara. Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.
Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce. No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste. Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio. Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.
Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida."

Monotonìa

"La faceta previsible de la vida diaria, que para algunas personas  puede ser positiva y tranquilizadora, es un problema para otros sujetos. La monotonía puede volverse patológica y derivar en distintos trastornos psicológicos que incluyan la falta de interés en cualquier tipo de actividad, el aburrimiento en pareja o en familia y la sensación de molestia en distintos ámbitos."
 
---> Actualmente, vivimos en una sociedad donde practicamente no nos fijamos en quien tenemos a nuestro lado, no sonreimos a los detalles que el día a día nos ofrece, no tenemos la capacidad de sentarnos a mirar como la brisa del viento produce vaivén en las flores y las hojas de los arboles.
La vida transcurre a medida que transcurre el reloj, realizando todos los días las mismas acciones, con la misma gente y sin darnos la minima opcion de hacer cosas nuevas,de descubrir algo tan simple como un nuevo lugar donde cenar o por donde caminar.
Caemos en la tan nombrada rutina que muchas veces destruye relaciones, las agota, nos destruye, nos hace sentir que es la vida la que siempre gira en torno a un solo punto, sin darnos cuenta que somos nosotros los que no somos capaces de descubrir que la vida la forma uno como persona, que de cada uno depende hacer del día.. algo nuevo, algo entretenido, algo quer nos motive a despertar cada mañana y nos haga sentir feliz de estar donde estamos.

miércoles, 11 de abril de 2012

Scusa ma ti chiamo Amore ♥

Cuando una historia termina, el dolor, normalmente, es proporcional a la belleza del amor vivido. 
Y entonces, llegan puntuales, a traición, los recuerdos.